Se trata de un Instituto Secular, es decir, un instituto de vida consagrada cuyos miembros, en un a forma estable de vida, profesan los consejos evangélicos en el mundo: la castidad, libremente elegida por el Reino de los cielos; la pobreza, a imitación de Cristo que, siendo rico, se ha hecho pobre por nosotros; la obediencia, en espíritu de fe y de amor a Cristo obediente hasta la muerte.
Ellos trabajan en su propio entorno, incluido en los diversos sectores de la estructura social, para impregnar el mundo del espíritu Evangélico, con un claro testimonio de vida cristiana y profesional, junto con una actividad apostólica generosa impregnada de la esencia del carisma.
Los miembros que son sacerdotes, pertenecen al presbiterio diocesano y están sujetos a la autoridad del Obispo.