Pensamiento

PADRE PIERINO: El orgullo es extraño: ciega a quien lo tiene y encandila a los demás, se esconde pero habla a muchos, emite una luz potente y oscurece a todos, tiene una fascinación irresistible que primero ilusiona y luego decepciona.

L’orgoglio è strano: acceca chi ce l’ha e abbaglia gli altri, si nasconde ma fa parlare molti, sprigiona una luce potente e oscura tanti, ha un fascino irresistibile che prima illude e poi delude.

PADRE PÍO:

Has de saber, Raffaelina, que este buen ángel ruega por ti: ofrece a Dios todas las buenas obras que realizas, tus deseos santos y puros. En las horas en que te parece estar sola y abandonada, no te lamentes por no tener un alma amiga, a la que puedas abrirte y confiarle tus dolores. Por caridad, no olvides a este compañero invisible, siempre presente para escucharte, siempre dispuesto para consolarte.
¡Oh, deliciosa intimidad!, ¡oh, dichosa compañía! ¡Oh, si todos los hombres sin excepción supieran comprender y apreciar este gran don de Dios, quien, en el exceso de su amor por el hombre, nos asignó este espíritu celestial! Recuerda a menudo su presencia: es necesario contemplarlo con el ojo del alma, darle gracias, suplicarle. Él es tan delicado, tan sensible; respétalo. Teme constantemente ofender la pureza de su mirada.
(20 de abril de 1915, a Raffaelina Cerase – Ep. II, p. 403)

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